Cuentos Chinos Cap 3
El Milagro Irlandes
Dublin, Irlanda A mi llegada a Dublín, la capital de Irlanda, sentí como un aire familiar por el hecho de que siempre tuve la idea de que los irlandeses son los latinoamericanos de Europa del Norte, o por lo menos tiene muchas afinidades con los latinoamericanos.
Las grandes glorias de Irlanda, como las de América latina, se dieron en las artes, las letras y la equitación más que en las ciencias, la tecnología o el mundo empresarial.
Todas mis sospechas de la idiosincrasia de los irlandeses fueron ratificadas a poco de arribar a Dublín, cuando, con gran angustia, me di cuenta de que estaba llegando con retraso a mi primera cita, de las 4 de la tarde, al tener un retraso de 10 minutos pedí de inmediato disculpas al funcionario de relaciones publicas quien con una sonrisita cómplice me respondió: “no se preocupe. La cita es a las 4 de la tarde ‘I-r-i-s-h T-i-m-e’ (T-i-e-m-p-o I-r-l-a-n-d-e-s)”. En otras palabras no había gran drama, podía llegar unos minutos atrasado, sin problema, no había duda de que los irlandeses eran impuntuales, estaba en el lugar indicado para investigar como los irlandeses habían logado su milagro económico.
Doce años no es nada
Irlanda, hasta no hace mucho era unos de los países mas pobres de Europa, se ha convertido en uno mas ricos del mundo, incluso se ha convertido en “el mejor país para vivir”. ¿Qué han hecho los irlandeses para pasar de ser un país agrícola emprobecido a una potencia tecnológica de punta, y triplicar su producto bruto percapita a unos 32 millones de dolares anuales en apenas 12 años? ¿Cómo han logrado enterrar siglos de agitación política, conflictos sociales y retraso económico, para llegara tener el cuarto ingreso per capita mas alto del mundo? Y lo que es más intrigante aun: ¿Cómo han logrado superar en desarrollo económico a sus propios vecinos británicos, que siempre los habrían mirado con cierto desprecio?
Hace relativamente poco tiempo, a fines de la década de los 80’, Irlanda era un desastre económico. El desempleo rondaba por el 18%, la inflación había llegado al 22%, y la deuda pública era estratosferica. El país sufría un estrangulamiento financiero por su deuda externa, y una emigración masiva parecida a la de muchos países latinoamericanos. Como muchos países latinoamericanos Irlanda era un país estancado, que vivía de las remesas de su creciente población de emigrados a los estados unidos.
Pero el país que encontré a mí llegada a Dublín quince años después no tenía nada que ver con la Irlanda casi tercermundista de pocos años antes. Ahora Irlanda tenía un promedio de ingresos per capita mayor al de Alemania y Gran Bretaña, y el segundo más alto en la Unión Europea.
El progreso se veía por doquier. A pesar de ser una de las capitales mas caras de Europa, y de que la economía había perdido parte de su ímpetu de los noventa por la secesión mundial y la creciente competencia de India y China. La Dublín que conocí era una ciudad pujante, llena de energía.
El Milagro Irlandes
Dublin, Irlanda A mi llegada a Dublín, la capital de Irlanda, sentí como un aire familiar por el hecho de que siempre tuve la idea de que los irlandeses son los latinoamericanos de Europa del Norte, o por lo menos tiene muchas afinidades con los latinoamericanos.
Las grandes glorias de Irlanda, como las de América latina, se dieron en las artes, las letras y la equitación más que en las ciencias, la tecnología o el mundo empresarial.
Todas mis sospechas de la idiosincrasia de los irlandeses fueron ratificadas a poco de arribar a Dublín, cuando, con gran angustia, me di cuenta de que estaba llegando con retraso a mi primera cita, de las 4 de la tarde, al tener un retraso de 10 minutos pedí de inmediato disculpas al funcionario de relaciones publicas quien con una sonrisita cómplice me respondió: “no se preocupe. La cita es a las 4 de la tarde ‘I-r-i-s-h T-i-m-e’ (T-i-e-m-p-o I-r-l-a-n-d-e-s)”. En otras palabras no había gran drama, podía llegar unos minutos atrasado, sin problema, no había duda de que los irlandeses eran impuntuales, estaba en el lugar indicado para investigar como los irlandeses habían logado su milagro económico.
Doce años no es nada
Irlanda, hasta no hace mucho era unos de los países mas pobres de Europa, se ha convertido en uno mas ricos del mundo, incluso se ha convertido en “el mejor país para vivir”. ¿Qué han hecho los irlandeses para pasar de ser un país agrícola emprobecido a una potencia tecnológica de punta, y triplicar su producto bruto percapita a unos 32 millones de dolares anuales en apenas 12 años? ¿Cómo han logrado enterrar siglos de agitación política, conflictos sociales y retraso económico, para llegara tener el cuarto ingreso per capita mas alto del mundo? Y lo que es más intrigante aun: ¿Cómo han logrado superar en desarrollo económico a sus propios vecinos británicos, que siempre los habrían mirado con cierto desprecio?
Hace relativamente poco tiempo, a fines de la década de los 80’, Irlanda era un desastre económico. El desempleo rondaba por el 18%, la inflación había llegado al 22%, y la deuda pública era estratosferica. El país sufría un estrangulamiento financiero por su deuda externa, y una emigración masiva parecida a la de muchos países latinoamericanos. Como muchos países latinoamericanos Irlanda era un país estancado, que vivía de las remesas de su creciente población de emigrados a los estados unidos.
Pero el país que encontré a mí llegada a Dublín quince años después no tenía nada que ver con la Irlanda casi tercermundista de pocos años antes. Ahora Irlanda tenía un promedio de ingresos per capita mayor al de Alemania y Gran Bretaña, y el segundo más alto en la Unión Europea.
El progreso se veía por doquier. A pesar de ser una de las capitales mas caras de Europa, y de que la economía había perdido parte de su ímpetu de los noventa por la secesión mundial y la creciente competencia de India y China. La Dublín que conocí era una ciudad pujante, llena de energía.